el descontento general con las cosas lo palmeamos en casi todo. las banquetas resbalosas, los charcos, la gente que se empeña en prender el asador, en tener una razón para celebrar y ser felices, lo cual no tiene nada de malo, supongo. este país no es mío pues no he hecho nada para ganármelo, pero si ha de pertenecerle a alguien que sea de aquellos que lo cuidan y que luchan y de los perritos.
1 comentario:
Y de los eloteros, que lo hacen oler bien.
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