Antes que nada, quisiera agradecer a Carla por su ayuda con esta encuesta. Gracias, Karla.
Ahora, claro que Arturo Belano es más guapo, porque es chileno. Si todo hubiera sucedido en Chile el guapo habría sido Ulises, y la versión chilena de mí en este univereso paralelo (una más guapa, por ser chilena), habría caído rendida ante los encantos (?) del mexicano. Obviamente la novela habría sido otra. Como en Lost cuando se divide la línea del tiempo.
III.
¿Y sabes cuál es tu problema? Que te gustan los hombres ficticios. Quiero decir, los que no existen. Lo peor es que ni siquiera los inventas, todos los sacas de libros leídos, porque igual así te pueden romper el corazón. Obvio, ya que si los crearas tú sería ilógico y un poco enfermo que de todas formas te hicieran daño, entonces, para simular un poco de salud mental te enamoras de personajes ya inventados. Seguramente eso describe tu incapacidad para mantener una relación real en la que tengas que estar soportando a alguien con su propias manías y malas costumbres; además de tu abulia y falta de creatividad. A manera de amenaza: la novela de tu vida la voy a escribir yo y va a ser un libro muy malo, con una portada muy triste.
Ahora, claro que Arturo Belano es más guapo, porque es chileno. Si todo hubiera sucedido en Chile el guapo habría sido Ulises, y la versión chilena de mí en este univereso paralelo (una más guapa, por ser chilena), habría caído rendida ante los encantos (?) del mexicano. Obviamente la novela habría sido otra. Como en Lost cuando se divide la línea del tiempo.
II.
Pero la verdad eso no importa. Lo importante es que todo está pasando aquí y ahora. En la calle Mariano Escobedo, después de la Torre Latina, donde está el Das Bierhaus. Esa calle tan bonita y llena de árboles tupidos que simila, si pones un poco de imaginación, alguna calle parisina. Su potencial como escenario para algún momento cumbre de tu vida, eso lo que importa. III.
¿Y sabes cuál es tu problema? Que te gustan los hombres ficticios. Quiero decir, los que no existen. Lo peor es que ni siquiera los inventas, todos los sacas de libros leídos, porque igual así te pueden romper el corazón. Obvio, ya que si los crearas tú sería ilógico y un poco enfermo que de todas formas te hicieran daño, entonces, para simular un poco de salud mental te enamoras de personajes ya inventados. Seguramente eso describe tu incapacidad para mantener una relación real en la que tengas que estar soportando a alguien con su propias manías y malas costumbres; además de tu abulia y falta de creatividad. A manera de amenaza: la novela de tu vida la voy a escribir yo y va a ser un libro muy malo, con una portada muy triste.
2 comentarios:
Qué buena reseña, me cae.
Una de mis calles favoritas es esa, entre padre mier y juan i. ramón.
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