no sabes todas las conversaciones imaginarias que he tenido contigo en las que trato de explicarte lo que está sucediendo, lo que quiero que entiendas que ni siquiera yo entiendo. trato de explicarme a mí también. intento parecer buena. te cuento pequeños episodios de mi vida. me imagino también que me cuentas partes de la tuya. ésas las tengo que inventar, son espacios en blanco en los que también te imagino como una buena persona pero imperfecta pero perfectible. en esas conversaciones imaginarias te hablo de mi infancia y de mi adolescencia y de mi trabajo y de mi pasión y mis miedos. me hablas de tus juguetes, de tus amigos de la prepa, de tus poemas favoritos, de las películas que viste, de tus pasatiempos, de tus plantas y de tu perro. y de tus planes, porque tú sí tienes planes. yo te hablo de mis fracasos, porque eso es lo que tengo. me hablas de cosas concretas y yo de miedos y vergüenzas. piensas que me conoces, pero no me conoces porque ahora sólo te digo lo que quiero que veas. muchas de esas cosas son verdades. te cuento de la vez que no salí de la casa por un mes y dejé de comer y bañarme. no sabría decirte por qué estaba triste. te explico todas las palabras del mundo para que entiendas de dónde vienen las ganas que tengo de hablarte en un idioma inventado que ni tú entiendas. no quiero que me entiendas. en las conversaciones que me imagino contigo hablo mucho de cómo trabajar me hace sentir que encontré mi lugar en el mundo aunque me haya acomodado en un sistema que alguna vez odié. ya no me acuerdo de lo que odié. te hablo de mi ciudad natal y del calor y del frío y de cómo ambos conviven en mi interior y que eso mismo es lo que me hace sentir como me siento y te explico lo que me hace sentir el beber una caguama, el olor a carne, el pavimento ardiente. hablo mucho de sentimientos porque ese el monstruo que soy. te cuento que a mi mamá no le gustaban los perros pero que ahora que somos adultos, mi hermana y hermano han decido que un perro es parte de la familia y mamá no ha dudado un segundo en amarlo como a nosotros y que lo mismo ha hecho con muchas otras cosas que odiaba y que son las mismas cosas que somos ahora y que ha aprendido a amar esas cosas porque nos ama y que ahora estoy lejos de ella por mi bien, por su bien, pero que cuando sea el momento volveré para quedarme para siempre (sí tengo un plan, quién diría). en algunas otras conversaciones que me imagino contigo me describes los objetos de tu casa, de dónde vienen y qué significan. observo la manera en que levantas las cosas para mostrármelas bajo la luz de las cuatro de la tarde con una canción de travis de fondo (la escogí yo). me platicas el impacto que tuvo tu papá en tu vida y lloras y no me siento incómoda, más bien siento que ya te he visto llorar porque es el mismo llanto desde el inicio de los tiempos desde que se inventó el llanto desde que el primer ser humano se sintió miserable o conmovido o triste o enojado o frustrado o feliz. todas las conversaciones imaginarias que he tenido contigo son las mismas conversaciones que se han tenido en la historia de la humanidad, todas la conversaciones que tendremos en la realidad, ya sucedieron. ya están escritas. por eso cuando me cuentas tus miedos, ya los conozco, porque estaban en pedro páramo. pedazos de pedazos, eso es lo que son todas las conversaciones imaginarias que he tenido contigo.
1 comentario:
que hermoso de verdad
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