14 de octubre de 2014

chilpancingo




II.

una vez iba en el metro de parís, no recuerdo en qué estación, y vi a una señora que iba con quienes supongo eran sus tres hijas porque todas eran güeritas y bonitas. algo así como las vírgenes suicidas pero en francesas. iban corriendo y me pasaron en las escaleras. las alcancé en el andén (o ellas me esperaron a mí) y me pareció que me miraban con insistencia, probablemente adivinando que no era parisina. entramos al mismo vagón. la señora parecía ansiosa, las niñas, que debían tener entre 7 y 11 años, iban muy alertas. cuando se abrieron las puertas en la siguiente estación una de ellas intentó quitarme mi bolsa pero no lo logró y se fueron corriendo, tal como habían llegado.







II.

hoy iba transbordando de una línea a otra. es un pasillo muy largo el que debes cruzar pero me gusta porque puedes ver tlalpan desde arriba. en fin, el caso es que pasaron corriendo un chico y una chica de como 16 o 17 años, eran pelirrojos y delgados y estaban en forma porque corrían muy rápido. los alcancé (o me alcanzaron) en el andén. se habían encontrado con un hombre mayor el cual supongo era su padre porque se parecían un poco aunque el hombre no era pelirrojo. los tres me miraban con insistencia. subimos al mismo vagón, el cual no iba tan lleno pero aún así tuve que apretujarme un poco. cuando las puertas se abrieron en la siguiente estación la chica intentó arrebatarme el maletín pero no pudo y se fueron corriendo, justo como habían llegado.







III.

a estas alturas ya debes de saber que me voy a ir corriendo, tal como llegué.





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