2 de abril de 2015

la enfermedad de los ojos



I.

en el libro de formación cívica y ética de primero de secundaria venía un ejercicio que te pedía que te describieras a ti mismo en tu vida adulta (o algo así). recuerdo muy bien que yo escribí que sería una arquitecta casada con tres hijos, pero creo que dije eso porque pensé que era lo que todos esperaban que dijera. ahora me parece cruel hacer que un niño de trece años se imagine su vida adulta, por eso tenemos a tantos idiotas godínez que trabajan en el gobierno y manejan camionetas. durante mi pubertad, nunca supe bien qué era lo que quería ser o hacer, sentía que podría hacer cualquier cosa. era mala con los números, por ejemplo, pero sabía que si me lo proponía podía sentarme en un escritorio 8 horas al día y sacar cuentas, si se trataba de una responsabilidad. el dinero jamás fue una motivación para elegir una carrera o un trabajo. incluso ahora no tengo muy buena idea de lo que es manejar el dinero, para mí sólo hay cigarros o no. lo que yo quería era que mi vida fuera como una película. enamorarme y vivir sola y viajar un poco y fumar y tener una ventana y caminar en un día frío un un saco bonito. el éxito está sobrevalorado. la felicidad también. quién necesita plenitud cuando tienes una ventana y un día lluvioso.





II.

estamos sentados en mi cama en nuestra ropa interior, tomando una cerveza y compartiendo un cigarro. pones una canción que no conozco. hablamos de música y noticias de facebook. la única luz encendida es la de la lámpara de mesa, así que todo parece como una escena de película mumblecore. te recuestas en mis piernas y te abrazo y se me ocurre que tal vez viví mi vida para este momento y que ya mañana me puedo morir sabiendo que he completado mi deber en la tierra.






III.

siempre me he sentido muy rara para la gente más normal y funcional, pero demasiado normal para la gente rara, excéntrica y alternativa. soy la epítome de la mediocridad. ni siquiera he podido estar propiamente enferma, nadie me ha dicho que estoy mal, pero nadie me ha dicho que estoy bien. no soy mala pero tampoco soy buena. esto confunde a la gente que piensa que me ha descifrado después de los primeros cinco minutos de conocerme. conozco muy bien mi, no le llamaría complejidad, sino patetismo y whateverness, que no me atrevo a lanzar juicios sobre los demás de la misma manera porque, asumo, los demás si están hechos en capas y requieren un poco más de trabajo para ser comprendidos. como un libro muy complicado que tienes que leer varias veces. yo soy ese libro fácil de leer que cuando por casualidad y aburrimiento lees una segunda vez, te das cuenta de que había algo más ahí que se te había pasado pero no es importante y a nadie le interesa. "Ooooh, aaaah, ya entiendo".




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Top cinco de películas mumble:
Top cinco de libros fáciles:

zeltzin dijo...

creo que películas mumblecore sólo he visto las de joe swanberg. me gustó la de lol, hanna takes the stairs, uncle kent. y así. frances ha es mumblecore? no lo sé. no sé nada de cine.

mi top five de libros fáciles de leer son todos los de dan brown y algunos más recientes como eleanor & park. no he leído todos los libros fáciles de leer. ni siquiera eso puedo hacer bien. soy una loser.