I.
¿Sabes qué es lo más triste de todo?
II.
A veces tengo que ir al trabajo como a eso de las
6 o 7 de la tarde. Tomo el camión y el ambiente, todo lo que veo, me parece
tristísimo. Debe ser sobre todo porque es noviembre, debe ser el clima. Siempre
digo que estoy triste pero esta tristeza es nueva: es una tristeza ajena, me
siento triste por los demás, por todo. Porque veo a las personas tomando el
camión para ir a casa después de trabajar todo el día y van cansados y
hambrientos y tienen frío y enfrentan la cotidianeidad a las siete de las
tarde, y el tráfico y las luces de la ciudad y la lluvia que cae melancólica. Y
los perros flacos que cruzan la calle. La verdad no sé si me explico, no lo
creo, nunca he sido buena en estas cosas, pero quiero decir que durante el
trayecto de mi casa al trabajo la posibilidad de estar bien me parece nula,
pienso en cosas buenas, porque las tengo, y me ponen muy triste o no me parecen
reales, como si no encajaran en esa realidad como si no pudieran encajar nunca,
y me pone triste que sí existan pero que estén tan fuera de contexto. ¡Y la
gente! La gente que se va a su casa, que va en el camión o que va en su auto
atorado en el tráfico de Gonzalitos (pienso en el tráfico de Gonzalitos,
pesaroso, y entonces lloro, me pongo a llorar ahí en mi asiento de la ruta 130)
toda esa gente que hace su recorrido habitual con su resignación habitual y su
cansancio habitual, yo no sé cómo le hacen para ser gente, cómo le hacemos para
ser gente. Una masa gigantesca y naranja, triste y pareja. ¿Sabes qué es lo más
triste de todo? Verlos dormir. Verme dormir a mí misma. Cómo te explico. Cómo te
digo lo lúgubre que resulta todo esto. Esperar el camión y que se te pase, o
peor, que se detenga y que vaya lleno. Ir viendo todo. No sé si alguna vez
hayas llorado por todo. Por todos los demás. Porque esas cosas que pensabas que
te hacían bien son nada más mentira y así, ahí, a las siete de la tarde de un
día de noviembre te das cuenta, porque es el momento más real y más
transparente. es como darte cuenta de que vas hacia algo pero no importa porque
nada tiene remedio, porque el futuro no existe o algo así parecido, todavía no
lo he pensado bien.
II.
¿Sabes qué es lo más triste de todo? Te vas a
reír. Eres tú.
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