30 de julio de 2019

una selva

una vez leí un cuento de unos exploradores que estaban en Venus, donde llovía siempre, y la lluvia te caía de manera permanente en la cabeza (no sé por qué hablo de ti, si de ti ni me acuerdo) lo cual hacía que te volvieras loco. no era el agua y el estar siempre mojado, sino el goteo constante sobre tu cabeza lo que te enloquecía. imagínate sentir siempre las gotas cayéndote encima. seguro suena romántico ahora pero ha de ser una tortura. era una técnica de tortura, de hecho (tortura la que me impones al estar tan cerca y a la vez no), entonces:

invítenme a la fiesta en su casa
i'll be shy
very quiet
como quieren que sea.
me emborracharé en silencio
en un rincón
como siempre lo hago.
sólo necesito salir de aquí
de este rincón para irme a otro.