28 de junio de 2019

la graduación

cuando me gradué de primaria me sentía tan no parte del grupo que ni siquiera me esperé al mariachi y no me tomé ni una foto con nadie, me fui enseguida porque era una amargada y estar entre mucha gente me hacía sentir mal y como quiera ni tenía amigos. en la secundaria sí hicieron fiesta de graduación pero por supuesto que no fui, ni siquiera hice el intento. fui a la ceremonia formal pero igual no me tomé fotos ni esperé a que tocaran las golondrinas. no lloré. no me despedí de nadie. no tenía amigos ahí. para cuando me gradué de la prepa a nadie en la familia se le ocurrió si quiera que yo quisiera ir a la fiesta. me sentí satisfecha. esas cosas nunca fueron lo mío: ponerme vestido, peinarme, maquillarme, bailar, ser feliz. nunca hacía nada de eso. lo despreciaba. terminé la facultad a los 22 años y en ese momento me estaban pasando varias cosas. yo quería estar contenta porque sí sentía que había logrado algo chido, además también pensaba que sería la última fiesta de graduación a la que asistiría. todo estaba bien, ya tenía algunos amigos y edad para ponerme borracha, ya me sentía bien como para divertirme y ser feliz. pero algo pasó durante ese último semestre. primero, tenía un trabajo que me hacía sentir miserable. eso no es nada nuevo, todo me hacía sentir miserable y no hay manera de tener un trabajo no miserable a los 22 años. qué sé yo, estaba feo. el caso es que el día de la fiesta yo tenía que trabajar y me dijeron que me cambiaban el día pero que tenía que estar a las 7 am del día después de la fiesta cual cenicienta. no sé por qué tenía en aquel entonces tanto sentido de la responsabilidad, quién sabe por qué no nomás faltaba a ese pinche trabajo tan chafa para poder disfrutar la única fiesta de graduación que iba a tener en mi vida. tenía 22 años, es mi única excusa, toda tonta. otra cosa fea que sucedió ese semestre es que L, que era mi novio entonces, había terminado conmigo. terminábamos muchas veces y luego regresábamos. ya era el final de nuestro noviazgo que duró más tiempo del que debió haber durado. ya todo estaba muy feo en ese momento. creo que en esa ocasión estábamos peleando por msn y decidimos terminar. y dejamos de vernos por meses. entonces llegó el día de mi graduación y yo estaba bien deprimida y con el corazón roto, sintiéndome una buena para nada, un parásito de la sociedad, una mosca fea que nadie quería. mamá me acompañó a que me maquillaran y peinaran en el salón y a ir por mi vestido y tuve que enfrentar mis inseguridades multiplicadas por cincuenta. pero la verdad es que ahora veo las fotos y me veía bien bonita, pinche L de lo que se perdió. lloré un chingo ese día y muchos más por su culpa. después regresamos y lo de la graduación ni se mencionaba porque porque nos hacía sentir mal a los dos. otra cosa muy triste que pasó ese año fue que mi tía J falleció meses antes. papá y mamá ya estaban como separados entonces ni de chiste los iba a invitar los dos a la fiesta, mamá dijo que podía ir papá y en seguida decidí que quería que mi tía J estuviera ahí también. me la había imaginado contenta y orgullosa. se hubiera puesto su vestido más bonito y sus aretes más fabulosos, tenía un gran estilo. de veras tenía muchas ganas de que estuviera ahí. también creo que mi papá hubiera estado contento. era muy cariñosa. la extraño muy raro todavía porque su partida me resultó amable, liviana y pacífica. papá no estaba llorando en su velorio. qué sé yo. a veces cuando me pongo diademas y me veo al espejo pienso que me parezco a ella. al final sí fui a mi fiesta de graduación y me sentí incómoda todo el tiempo. mis amigos querían tomarse mil fotos pero yo estaba tan triste que ni lo disfruté. bailé una canción con papá, casi no me divertí, no me puse borracha, estaba muy cansada porque había ido a trabajar muy temprano ese día, me fui temprano porque tenía que estar muy temprano el día siguiente. fue horrible. pero la verdad no me arrepiento. siento que pudo haber sido muy muy muy diferente. pude haber estado contenta. pero no lo estaba. pero gracias a eso luego sí lo estuve. me da mucha satisfacción haber ido porque siento que fue una prueba superada. siempre evitaba ese tipo de eventos sociales y me quedaba en mi zona de confort que era la soledad. pero ese día, con todo y el corazón roto, con todo y que me faltaban personas y que me sentía mal y acomplejada y ansiosa, fui y estuve ahí y me tomé fotos. y no lo recomiendo, pero entendí que la vida sigue or whatever. en las fotos del evento me veo bien rara pero bonita.

whaaaaaat. las más bonitas de toda la facu + juany + olga.



perdón porque todo esto está muy mal escrito, hoy no me importa mucho.

2 comentarios:

Zarzoza dijo...

Siempre falte a mis graduaciones de la misma manera, creo que la única que recuerdo asistir fue en la primera, en las puentes y todos bailamos una canción de britney spears que estaba de moda.

En la secundaria ni el intento hice,solo tenía dos amigos y cómo no iban yo menos.

en la facultad nunca me sentí integrado del todo así que nunca fue una opción.

supongo que las graduaciones es como un evento donde te dicen aprovecha porque esto nunca volverá, y luego sigue el trabajo, las presiones y compromisos y nunca hay como una fiesta para celebrar el esfuerzo constante de estar siempre en chinga.

luego con el tiempo el festejo es ver netflix todo el sábado en pijama; comprar el cereal que te gusta o comprar basura por internet; la cerveza tambien y el alcohol y comida. pero todo sucede tan seguido que pierde el sentido.

y si te lo piensas bien por un momento pudiera ser que un funeral es la última graduación en nuestras vida, donde probablemente llegará a ser la graduación donde más cómodos podríamos sentirnos, solo que ya nadie ríe ni baila, igual aplica emborracharse, estar incómodos y algo arreglado, aunque con el alma rota.

zeltzin dijo...

cuando me muer voy a hacer una fiesta de graduación. estás invitado, es más eres el encargado de la música.