26 de noviembre de 2015

edison (metrorrey línea 2)




cuando estaba en cuarto año de primaria había un niño que se llamaba guillermo que iba en mi salón y que me pidió que fuera su novia. estaba guapo, o al menos eso decía mi mamá. recuerdo que siempre iba bien peinado y con el uniforme bien planchado, era delgado y usaba un reloj noventero de esos gruesos de plástico que estaban de moda en áquel entonces. su papá era maestro de educación física en otra escuela y tenía una hermana menor, que era compañera de clase de mi hermana. de hecho, recuerdo que guillermo era tan guapillo que era perseguido por las de sexto, por las guapillas de sexto. era buena onda. nos caíamos muy binen y recuerdo que me gustaba mucho platicar y jugar con él y cuando me dijo que le gustaba y que quería que fuera su novia me sentí halagada, claro, intrigada, porque era la primera vez en mi vida que alguien expresaba ese tipo de atracción hacia mi persona, pero recuerdo que yo no sentía ese tipo de atracción hacia él. era bien divertido estar con él y todo pero yo no lo quería de novio. no me gustaba. no me causaba repulsión, tampoco, pero no estaba enamorada. creo que era muy chiquita para andar con cosas así. me exigió una respuesta y yo le dije que tenía que pedirle permiso a mi mamá. esa tarde le pregunté a mi mamá: puedo tener novio? no puedes, me dijo mi mamá. dice mi mamá que no puedo tener novio, le dije a guillermo. y esa fue la primera vez que le rompí el corazón a alguien.

mi relación con mi mamá en aquel entonces era tan simple. hubiera hecho lo que fuera para estuviera contenta y me quisiera y era sencillo porque lo único que tenía que hacer era sacar buenas calificaciones y tratar de no pelearme con magda y hacerle caso. todo se ha vuelto tan complicado ahora. aunque todavía haría lo que fuese para que esté contenta y me quiera, la verdad es que no quiero hacer lo que ella quiere que haga y ella no quiere que haga lo que hago y yo la verdad ni sé qué es lo que quiero hacer. por ejemplo, por qué no querría ella que me tatuara si no le estoy haciendo mal a nadie y no me parece una cosa tan horrible, sinceramente. todo lo demás lo entiendo: las drogas, el alcohol. ya no le pido permiso para nada. dejé de hacerlo un día que leyó mi diario. todavía tengo diarios y tal vez todavía aproveche cada vez que viene para leerlos pero nuestra relación es distinta ahora y no sé muy bien desde qué perspectiva lea las cosas que escribo. no sé si se las crea. también creo que ahora no tiene tantas expectativas de mí. me mata que la gente tenga expectativas de mí. no puedo con esa presión, por eso me he hecho experta en decepcionar y luego pasar desapercibida. está muy mal, lo sé, pero es lo que hago, why don't you kill me. 

quisiera que las cosas siguieran siendo sencillas. quisiera que cuando me encontrara en un dilema o una encricijada o en un problema, lo único que tuviera que hacer fuera acudir a mi mamá para que me dijera qué hacer. pero es más difícil ahora porque ya no quiero hacer lo que ella me dice que haga y en el fondo lo único que quiero es querer hacer lo que ella quiere que yo haga o que ella quisiera que yo hiciera lo que yo quiero hacer o ya mínimo saber qué hacer. pero no, nada. tengo que decidir todo yo sola y no sólo yo tengo que vivir con estas deicsiones (creo que eso lo puedo manejar) sino que también ella y todos los demás tienen que vivir con ellas también.

a veces no quiero que me diga nada. no quiero que nadie me diga nada, nada más que me abracen o una palmadita en la espalda y tan tan. 

busqué a guillermo en facebook y es médico y es muy guapo. 


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