12 de agosto de 2015

la magdalena contreras





hoy desperté a las 6:30 a prender el boiler y me volví a dormir 29 minutos. desperté otra vez a las 6:59 y me sentí descansada y reparada e inmediatamente recordé que estaba un poco triste y me sentí como cuando a los 19 me peleaba horrible con mi entonces novio y lloraba mucho y me iba a dormir sintiéndome muy mal y despertaba al día siguiente sintiéndome descansada y reparada y experimentaba una sensación de plenitud como por tres minutos hasta que recordaba que me había peleado con el novio. eso sucedió esta mañana; sin embargo, ya no tengo 19 años y ahora soy lo suficientemente madura (?) como para decidir estar bien y tratar de mantener esa efímera felicidad que viene al despertar (que es cómo, sigo explicando, una amnesia selectiva y momentánea, creo que todos lo experimentamos, es como si tu cerebro todavía no se diera cuenta de que estás vivo y que todo es horrible. es lindo), entonces me levanté, me di un baño caliente (estaba fresco), me di el lujo de elegir mi ropa y hasta me preparé un huevo de desayunar, arreglé mi lonche (una dona y una sincronizada). salí temprano de casa y me dirigí hacie el metro, camino al metro un indigente me dijo preciosa. miré a la gente. mi nuevo hobbie es observar sobre todo a las mujeres. me gusta ver cómo van arregladas, su outfit, su maquillaje, su peinado, y me gusta imaginar cuánto tiempo se tardaron en arreglarse y qué tanto esfuerzo invirtieron y siempre trato de memorizar los detalles que me gustan para copiarlos luego en mi persona. esta mañana todas se veían muy guapas, no recuerdo ningún detalle en particular que me haya gustado en alguna. salí del metro para tomar el autobús que me deja en el trabajo e iba llenísimo y tuve que ir de pie todo el trayecto. estuve escuchando a una señora viejita que le contaba a otra señora viejita sobre su hijo. la primera señora era de esas señoras que no paran de hablar y cuentan detalles ridículos e innecesarios que sólo a ellas les parecen graciosos y la segunda señora era de esas señoras que nunca dicen nada y su rol en la conversación era escuchar a la primera señora y asentir con intensidad de vez en cuando. cuando la segunda señora quería aportar algo, la primera señora la callaba groseramente continuando con otro detalle innecesario de su historia. es lo que yo llamo "atropello conversacional". eso lo acabo de inventar pero se me hace un excelente término porque yo lo sufro todo el estúpido tiempo porque yo soy comúnmente como la segunda señora en la mayoría de las conversaciones. no entiendo por qué las personas tienen la idea de que no tengo nada interesante o importante que aportar a una conversación, es como si tuvieran el espantoso presentimiento de que voy a decir algo idiota, y probablemente sea cierto, pero deberían dejarme decirlo como quiera. amo hacer el ridículo. en fin, la historia de la señora se trataba de su hijo, de cómo su hijo, cuando estaba en la prepa, era sonsacado por sus compañeros para salirse de clases e irse a fumar y a hacer cosas malas pero él nunca les hizo caso y una vez la orientadora le mandó a llamar a la señora y la señora le dijo a su hijo "¿qué chingados hiciste?" (sus palabras) y la orientadora le dijo hable con él es un buen chico pero hay muchas tentaciones y muchas muchachas malas (palabras de la señora también) y ella habló con su hijo y ahora su hijo ya tiene 28 años y está casado y terminó la prepa y tiene un puesto de compus en pericoapa y es un buen hombre y le llama todos los días y la señora le dice "¿por qué quieres hablar con una viejita?" y su hijo le dice "pero usté no está viejita, amá". ahora, si me lo preguntan, estoy completamente segura de que la señora estaba exagerando y su hijo no es tan bueno, pero yo qué voy a saber. llegué al trabajo a tiempo y me senté en mi lugar frente a la ventana que da al patio y como a las 11 de la mañana empezó a hacer aire y parecía una mañana de verano en invierno en monterrey, cuando hace mucho sol pero el aire está muy frío y me puse nostálgica, homesick. me puse sobre todo triste. ya estaba triste pero se me había olvidado (tiempo perro). salí a las dos de la tarde y fui a tomar el camión de regreso y se tardó 10 minutos en pasar y esta vez iba sentaba y me quedé dormida un rato y desperté cuando llegamos a la estación del metro. esperé el metro, no iba muy llevo, me bajé en coyoacán, eran las 3 de la tarde, todos los oficinistas estaban en su hora de comida y salían de las oficinas cual estampida animal, fumando y contando chistes idiotas. me dio asco el olor a oficinista: colonia barata revuelta con cigarro. me metí a un centro comercial. cuando me siento nostálgica y extraño monterrey, voy a un centro comercial y se me pasa. me paseé por las tiendas, me probé ropa pero no compré nada. pensé en comer en mcdonals pero tampoco lo hice. pensé en entrar a la librería pero no había ninguna. me la pasé caminando como poseída, como automáticamente sin pensar nada, con la mente en blanco. cuando salí, como a las 4:30, estaba lloviendo. la gente se amontonaba en la puerta de salida, yo lo hubiera hecho también pero traía vuelo de la caminata así que me mojé un poco antes de volver a entrar al metro y dirigirme a mi casa. ya en casa decidí que tenía hambre y llegué a comprar sushi para llevar y comer en mi cuarto viendo netflix debajo de mis sábanas. cuando llegué al departamento, noté que había un pedazo de milanesa y pasta así que comí un pedazo de milanesa, pasta, un rollo claifornia y una sopa ramen viendo netflix debajo de mis cobijas. todo esto como poseída, sin dar chance al cebrebro de que se diera cuenta de que era demasiada comida. cuando terminé, quise dormir un poco pero no pude. me detuve en seco. sentí como si hubiera estado llorando mucho pero no había derramado ni una sola lágrima. pero sentía que sí, sentía el hipo post llanto, los ojos hinchados, el cansancio. estuve en tumblr hasta las 9 y ahora son las 10 y llovió y me fumé un cigarro a las 8:35 pero me hizo sentir muy mal. me voy a dormir ya. 







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