15 de agosto de 2018

miércoles

escribo esto para que no se me olvide en qué día estamos. porque tú estás en un día y yo en otro, haz de cuenta. me desperté temprano, me metí al baño, se metió la abeja, no había agua. salí a tiempo y me veía bonita: me puse jeans, mis botas, y una blusa celeste con pequeños puntitos rojos y me pinté los labios de rojo también. hacía mucho frío entonces me llevé mi abrigo verde, el que tiene gorrito. llegué muy temprano al trabajo y todo normal. hoy trabajé escuchando a suburban kids with biblical names y a the wave picture porque encontré una playlist viejita con puros discos de esos. también escuché a pizzicato five. todas esas canciones las escuchaba cuando era joven y tenía buen gusto musical y tal. a media mañana me empezó a doler mucho el estómago y creo que es porque ayer me comí unas tortillas que ya tenían moho. también me topé con esta canción que hace muchísimo no escuchaba pero que amo. se llama going fishing de the phoenix foundation. es una canción muy triste que me recuerda a cuando tu relación ya valió queso y sabes que pues ya hay que dejarlo ir pero no quieres. de esas cosas que me pasaban a los 21. no más. a esta edad la verdad ya no tenemos tiempo para estar pensando las cosas o para estar sufriendo de más por ellas. es verdad que siempre se tiene tiempo para sufrir, eso nunca lo negaré, pero no de más. en fin, canté going fishing todo el día en el trabajo. a la salida la señora E me preguntó que si se me habían perdido los lentes y le dije que sí (yo pensaba que nadie leía mi facebook). salí y caminé hasta luis cabrera para tomar el camión y eso me hizo bien. me encanta caminar. todo bien. cuando llegué a casa, el edificio olía a pegamento y aún no había agua. en la mañana le dejé a D un poco de pasta pero ahí la dejó así que me la comí y resolví no volver a dejarle lonche. comenzó a llover fuertísimo. me senté en el escritorio e hice un poco más de trabajo y cuando ya estaba pensando en ponerme la pijama (eran las 8 p.m.) me llamó D para invitarme a los tacos orinoco. aún me dolía el estómago pero cómo decirle que no a los tacos orinoco. pasó por mí, fuimos a cenar, pedí taquitos de trompo, me dolió más el estómago y regresamos a casa por vértiz. me gusta pasar por vértiz, es de mis avenidas favoritas desde la doctores. la calle estaba llovida y había un poco de tráfico. perdón por escribir en oraciones cortas pero así es como estoy pensando. ahora, D y yo estamos satisfechos y él se va a poner a estudiar y yo a trabajar o tal vez me ponga a leer o tal vez me quede dormida en el sillón.

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