Cuando era teacher, tenía una alumna muy chiquita (la más chiquita de todo el grupo en edad y tamaño), como de 8 años, y me agradaba porque era muy cariñosa y tierna pero un poco tétrica (como muchos niños de su edad, yo creo). Entonces siempre que terminaba su trabajo me platicaba historias que supongo inventaba, como por ejemplo que su mamá había tenido unas gemelitas que habían nacido pegadas; que su papá era un borracho que se enfermó del cerebro y después tuvieron que operarlo porque tenía el cerebro inflamado entonces se lo sacaron con un martillo y él quedó un poco loco, sus palabras no las mías. También era muy curioso que desde el primer día se inventó una amiguita imaginaria o por lo menos una que no existía en el grupo y me dijo "oiga teacher, es que mi amiga sí va a venir a las clases, pero está enferma de una enfermedad asesina y pues dijo que si podía mandarle la tarea conmigo". Enfermedad asesina. Tenía los ojos enormes y era muy flaquita y pequeña, muy bonita.
Tenía otro alumno en primer nivel que era muuuuy seriecito, muy educado y muy obediente, tanto, que no hacía nada sin que yo se lo pidiera. Entonces por ejemplo, llegaba a clases y pues todos entraban al salón pero él se quedaba parado en la puerta hasta que le decía "pasa" y entonces entraba pero se quedaba de pie hasta que le decía "puedes sentarte dónde quieras". Y lo hacía todo pero con instrucciones específicas. Era muy buen alumno porque nunca hacía travesuras, no era gritón, siempre ponía atención, trabajaba bien y era muy inteligente. Siempre iba vestido con camisa bien planchada adentro del pantalón, cinto y zapatos bien limpios. No es común ver así a un niño de 9 o 10 años ¿no?
Mi tortura era el grupo de adolescentes. ¡Esos niños siempre encontraban nuevas maneras de burlarse de mí! A veces me sorprendía su creatividad, pero para ser sincera, no eran muy originales. Es decir, no era nada que no hubiera visto ya en la secundaria. El más listo e inteligente de este grupo se destacaba por ser extremadamente witty, pudo haber sido guionista de House o algo así de veras; pero me decepcionaba mucho que la mayoría de las veces se hacía el bobo para encajar y reírse con el resto del grupo. En fin, teens.
La escuela tenía un patio un poco inseguro para los niños porque tenía yerbita crecida donde de seguro había clavos oxidados y víboras; pero a mí me gustaba mucho ese patio. El suelo eran hierbas y piedras, no era muy amplio, al fondo había un árbol muy muy grande y debajo del árbol había unas sillas de plástico pintadas de naranja muy sucias. Me parecía un lugar luminoso. En invierno se veía bonito, el árbol no tenía hojas y se hubiera visto muy tétrico si no fuera porque la luz de invierno y el frío en especial, hacía que todo se viera como más claro y más nítido. Y las sillas anaranjadas contrastaban con los colores tristes del lugar. En primavera también era un lugar muy bonito, algo así como un jardín secreto y un poco olvidado. El árbol reverdecía y había mariposas y pajaritos. Me encantaba llegar temprano e irme un poco más tarde para estar un ratito en ese patio. Era solitario.
Tenía otro alumno en primer nivel que era muuuuy seriecito, muy educado y muy obediente, tanto, que no hacía nada sin que yo se lo pidiera. Entonces por ejemplo, llegaba a clases y pues todos entraban al salón pero él se quedaba parado en la puerta hasta que le decía "pasa" y entonces entraba pero se quedaba de pie hasta que le decía "puedes sentarte dónde quieras". Y lo hacía todo pero con instrucciones específicas. Era muy buen alumno porque nunca hacía travesuras, no era gritón, siempre ponía atención, trabajaba bien y era muy inteligente. Siempre iba vestido con camisa bien planchada adentro del pantalón, cinto y zapatos bien limpios. No es común ver así a un niño de 9 o 10 años ¿no?
Mi tortura era el grupo de adolescentes. ¡Esos niños siempre encontraban nuevas maneras de burlarse de mí! A veces me sorprendía su creatividad, pero para ser sincera, no eran muy originales. Es decir, no era nada que no hubiera visto ya en la secundaria. El más listo e inteligente de este grupo se destacaba por ser extremadamente witty, pudo haber sido guionista de House o algo así de veras; pero me decepcionaba mucho que la mayoría de las veces se hacía el bobo para encajar y reírse con el resto del grupo. En fin, teens.
La escuela tenía un patio un poco inseguro para los niños porque tenía yerbita crecida donde de seguro había clavos oxidados y víboras; pero a mí me gustaba mucho ese patio. El suelo eran hierbas y piedras, no era muy amplio, al fondo había un árbol muy muy grande y debajo del árbol había unas sillas de plástico pintadas de naranja muy sucias. Me parecía un lugar luminoso. En invierno se veía bonito, el árbol no tenía hojas y se hubiera visto muy tétrico si no fuera porque la luz de invierno y el frío en especial, hacía que todo se viera como más claro y más nítido. Y las sillas anaranjadas contrastaban con los colores tristes del lugar. En primavera también era un lugar muy bonito, algo así como un jardín secreto y un poco olvidado. El árbol reverdecía y había mariposas y pajaritos. Me encantaba llegar temprano e irme un poco más tarde para estar un ratito en ese patio. Era solitario.
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