14 de febrero de 2016

post del 14 de febrero


duda sobre el funcionamiento del llanto

pregunta: ¿qué piensan mientras lloran? ¿piensan? ¿reflexionan? ¿o ninguna de las anteriores y mejor se concentran en sus gemidos, lágrimas y berridos? supongo que tiene mucho que ver con la razón con la que estemos llorando, pero aún así, deben de tener algún patrón. no tengo idea de cómo funcione el llanto, es decir, no sé qué reacciones químicas o respuestas neurológicas tengan lugar cuando uno llora y no tengo ninguna base psicológica para decir lo siguiente, pero supongo que lo ideal sería que mientras lloramos, pensáramos en el problema que nos está ocasionando tal cosa y pudiéramos, si no resolverlo, por lo menos comprenderlo. repasarlo. yo no hago eso. mientras lloro, pienso en mi problema y lo hago más grande. comienzo a imaginar consecuencias catastróficas que me hacen llorar más, entonces ya no lloro por la razón original, lloro por cosas que ni siquiera son reales o que no han pasado todavía. cuando era pequeña, me imaginaba cosas bien tristes para causarme llanto (papás muertos, mordidas de perros, burlas de compañeritos, etc.) de hecho, ahora estoy dudando que todo lo que me ponía triste en mi niñez fuera siquiera real. el caso es que se me da el fatalismo y ahora no me es nada práctico ni productivo (nota mental: tal vez pueda serlo si lo aprovecho de la manera adecuada). por esta razón, ahora que estaba llorando y que no podía dejar de hacerlo, decidí parar y hacer otra cosa, aunque fuera escribir al respecto. ahora estoy tranquila y ya no estoy pensando en la razón por la que lloraba, o al menos no de la manera fatalista en la que lo estaba haciendo hace rato. ahora estoy tratando de organizar mis ideas porque tengo una historia que contar.


detente, sombra

he llorado en muchos lugares públicos. a saber: un carls jr, la calle morelos, parques, paradas de camión, estaciones de metro, en el camión, siempre lloro en el camión, es mi lugar favorito para llorar. pero nunca, nunca había llorado en un taxi. supongo porque no es un lugar realmente público, y el contacto con el conductor es mucho más cercano y sí me daba mucha pena que me viera llorar y me daba miedo que me preguntara algo. puedo ser vulnerable en un espacio abierto lleno de extraños sin ningún problema, pero no puedo serlo estando una persona ahí cerca. 

hoy comencé a llorar en el taxi. la verdad, pensé que me iba a aguantar hasta la casa pero no pude. el taxista me preguntó a dónde, le dije que a eje 5 y él notó mi lagrimeo pero no dijo nada. con el mismo tono neutral me preguntó que si quería irme por las torres o tlalpan. le di indicaciones ya moqueando y él, prudentemente, lo ignoró. no intentó hacerme plática en el camino, respetando mis mocos, lágrimas y mi hipo. cuando llegué a mi destino y me iba a bajar, me cobró 10 pesos menos de lo que marcaba el taxímetro. 


no eras tú lo que yo quería

siempre he pensado que no está del todo mal dejar de querer a alguien. la gente se deja de querer todo el tiempo por distintas razones y hay que aceptarlas, la gente no te puede querer sólo porque tú los quieres. de todas formas, duele un chingo. la tristeza de un corazón roto es tal que se vuelve incluso física. conozco a una persona que cada vez que le rompen el corazón, se enferma. en una ocasión hasta desarrolló un tumor en los ovarios.  yo he tenido que aceptar derrotas. muchas veces me han dicho: no eras tú lo que yo quería. yo lo he dicho, también, y también es una derrota: perdemos cada vez que nos equivocamos. 

entiendo que una relación de pareja requiere paciencia, respeto y negociación. sé que hay que aprender a ceder algunas cosas y exigir otras. aceptar defectos y reconocer virtudes. pero es cierto lo que dice marshall ericksen en how i met your mother: si es la persona correcta, todo eso es fácil. quiero dar a entender que si voy a buscarle es porque quiero verle y si le hablo es porque quiero hablarle. le quiero ofrecer mis desvelos y compañía porque sí, porque quiero. pero no puedo no pensar en mí cuando te digo que te amo. no soy tan madura todavía. no me puedo quedar aquí si tengo la certeza de que no vas a venir. 

hasta qué punto dejamos de preguntarnos si estamos con la persona correcta o no. cuándo dejamos de querer huir. qué hay que hacer para preferir estar con alguien, más que querer estar solos. todas las anteriores eran preguntas, olvidé poner los signos de interrogación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Zeltzin, cásate con alguien que no entienda ningún idioma de los que hables