16 de julio de 2015

guerrero


I.

ayer en la noche D y yo íbamos en el carro y él iba platicándome su día y yo iba escuchando. en un semáforo en rojo cerré los ojos un momento y al abrirlos estaba viendo todo desde afuera. no realmente desde afuera, no sabría como explicarlo, pero de repente yo ya no era yo, o sí, pero yo ya no estaba ahí. y D seguía siendo él pero estaba mucho más lejano. nada me estaba sucediendo a mí. no había un nosotros. ELLOS, los que estaban en el carro conversando, se tomaban de la mano y se inclinaban para besarse rápidamente antes de que el semáforo cambiara. sentí una tristeza muy rara, como la que sientes cuando tienes seis años y acabas de salir de vacaciones de invierno. volví en mí no de manera brusca, casi sin darme cuenta. 

II.

ha pasado mucho tiempo desde aquel fatídico febrero en el que se rompieron las cuerdas que me ataban a la realidad. las cosas han cambiado, soy más vieja pero no más sabia. hay cosas que a veces pesan demasiado. hay otras que nos ayudan a flotar.


III.


1 comentario:

Anónimo dijo...

definitivamente una tristeza muy rara el salir de vacaciones de invierno