3 de abril de 2015

jamaica / la merced / san juan




I.

ya he mencionado que nunca me he sentido lo suficientemente normal pero tampoco lo suficientemente rara. el único momento en el que me siento cómoda conmigo misma es cuando estoy contigo. cuando estás dormido y yo leo. leo algo acerca de las personas que debería dejar dormir en mi cama. alguien a quien no odies. alguien que no te haga sentir que te odias a ti mismo. alguien en quién confíes. últimamente no sé cómo estar sola. antes, los días pasaban entre momentos de espera y alucinaciones causadas probablemente por una muy mala alimentación y un exceso de drogas. no lo sé, nunca fui a un médico. ahora y desde que apareciste, persiste otro tipo de espera y las alucinaciones han sido remplazadas por una supuesta salud mental que depende más bien de la realidad que tú me ofrezcas, así que cuando te vas ya no sé en dónde me encuentro. no es que me muera sin ti pero me encuentro, en definitiva, mucho mejor contigo.






II.

hay un árbol cuyas ramas hacen ruidos al raspar mi ventana. hacen voces, más que ruidos. las voces dicen cosas. casi siempre son amables y dulces, sólo a veces me asustan. seguido me arrullan hasta quedarme dormida pero también me despiertan en la madrugada, ansiosas, no sé por qué.

me siento segura aquí. ya casi nada me da miedo. y las cosas que no tienen explicación no me preocupan porque he dejado de pedir razones, no tanto por valentía sino por tristeza.

hace rato las voces dijeron tu nombre. 

por mí, que lo repitan hasta que me quede dormida.





1 comentario:

Anónimo dijo...

"Mary is happy, Mary is happy" me recuerda a vos. Un poquito º.º