28 de febrero de 2015

never for money, always for love.




and i believe that when we die we die.

los días más felices eran cuando me pasaba los sábados en la noche mirando el internet y hacía mucho calor pero no se sentía tanto. la verdad no eran días felices en lo absoluto, pero creo que lo extraño porque ya no suceden esos sábados. para ser sincera estoy bastante feliz de que se hayan terminado mis días de adolescente porque los sufrí lo suficiente, pero había algo lindo en esas noches calurosas sin otra preocupación más que la tarea del lunes. 






this must be the place.

yo nací para tener 26. es en serio. lo soñé siempre. a los 6 no podía imaginarme a mí misma más allá que en la secundaria. a los 13 ya quería terminar de ser puberta y anhelaba mi independencia económica y de todos los otros sentidos. a los 17 no tenía idea de lo que quería ser pero tenía muy en claro lo que no quería ser, visualizar mi futuro era verme a los 20 tantos viviendo sola en un edificio viejo viendo llover por la ventana. no sabía bien cómo era que iba a pagar por las cosas. cuando terminé la facultad me desesperaba porque mi futuro no había comenzado aún y ya se me estaba terminando el tiempo. yo nací para tener 26. nunca planeé nada más allá de los 26. me muero el próximo año, les aviso.




best friend.

me gusta tener momentos trascendentales. generalmente no tengo que fabricarlos, se dan solos. pero ahora no sé. parecemos ignorarlos todos porque estamos demasiado cansados. ¿soy yo o así es la vida? a lo mejor estamos tan acostumbrados a mentir. no quiero acostumbrarme a mentir. no quiero fabricar momentos trascendentales. no quiero sólo la cerveza, sino todo lo que conlleva: una noche, bailar, sí, pero abrazada a alguien que de verdad me quiera a mí y a toda la basura que traigo cargando conmigo. alguien a quien le guste estar en mi cuarto fumando. sí, de preferencia alguien a quién le guste fumar.




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