10 de septiembre de 2013

cómo hacer para morir de viejo y no morir de amor

primer acto:


los niños cambian con el clima. a mí me da sueño. los veo desde mi escritorio escribiendo y portándose bien y mandándose mensajitos e ignorándome. para ellos soy un adulto como en charlie brown. para ellos no existo, o existo pero estoy ahí simplemente para evitar que mueran pero no para formar parte de su mundo, no me cuentan sus pesadillas ni sus amores, ni sus miedos. quisiera no ser su maestra. 











segundo acto:


voy a enviar mi mejor cuento en forma de mensaje de texto a un número desconocido. le voy a contar una historia a un extraño, la historia de su vida o la historia de su muerte. estoy pensando que es lo mismo pues todos estamos viviendo la misma comedia romántica, es ridículo.














personajes secundarios:

mira, así tu mano en mi mano como un sapito que toca tu boca y vomita conejitos al mismo tiempo. eso es lo que quiero decir, que todo es un perrito. que la vida misma nos está engañando, es una ilusión. esta mentira de que seremos siempre, de que estamos siendo. estamos siendo una extensión de algo más, una extensión de tus brazos, tus aleteos, el suave movimiento de tus ojos que me miran mirarte al mirarme. las miradas son espejos y son infinito. el infinito es el hambre, son los pobres, los que no saben leer, los ciegos. los borregos, la lluvia, algo inspirador y terrible: el miedo. esta mentira de querernos siempre, de estarnos siempre. de vivirnos siempre. como quiera todos nos vamos a morir!








3 comentarios:

Elizabeth Errete dijo...

a veces pensaba lo mismo cuando era maestra en la primaria, es una de las razones por la que ya no soy maestra de "niños", la verdad quería sentarme en el piso a jugar con ellos, en lugar de intentar enseñarles... pero cuando era niña quise mucho a algunos de mis maestros, aunque no siempre lo demostrara, por eso creo que sí eres parte de su mundo, aunque no te lo digan :)

zeltzin dijo...

sí me gusta ser maestra de niños, son más divertidos y sinceros y me dan de su lonche. creo que el problema es cuando dejas de sentirte niño y te sientes muy adulto y das apretones de mano y eso. nadie es realmente tan adulto. creo que de eso se trata.

Magrathea. dijo...

Es lo que siempre les digo pero nadie me escucha: De todas formas nos vamos a morir.