4 de octubre de 2011

29 de agosto

Es fácil: estás o no estás. Somos o no somos. O no. Estamos o no somos. ¿Somo cuando estamos, y etcétera? ¿Esta realidad existe a pesar de nosotros? ¿Y tengo idea de lo que eso significa? Es como si no existieran las palabras, una especie de embrujo.

No le tengo miedo al fracaso puesto que soy el fracaso mismo. Y no me tengo miedo, soy inofensiva.

Es como si no existieran las palabras, como si no hubiera referente. Como si no pudiera existir a menos que esté ahí, tangible: El miedo. Sube. Trepa por tus piernas y te paraliza y recorre tu cintura o lo que quede de ella. Etcétera.

Lo que te quede de ella. En la boca, en donde sea. ¿Estás? ¿Tienes idea de lo que eso significa? ¿Te sumerges en el trabajo porque no quieres pensar o acordarte? Porque yo me acuerdo de ti para no ahogarme.

2 comentarios:

Magrathea. dijo...

Ay. Los términos medios apestan.

Se me estrujó el hígado con esto.

zeltzin dijo...

¡¿verdad que sí?! gracias. hum.