21 de noviembre de 2010

Las Flores





I.
El Unplugged de Café Tacuba me recuerda a unas noches de verano muy buenas, muy bonitas. (Nota: las noches de verano en esta parte del mundo se sienten frescas comparadas con el calor asfixiante del resto del día y por lo general huelen a zacate; se las pasa uno sentado en el porche si es sábado, o acostado en la cama en shorts con la ventana abierta). Hay una canción de Soda Stereo que me recuerda a algo parecido pero en otra época más solitaria cuando era muy pequeñita, se llama 1990. Siempre he pensado que si yo tuviera una banda y tuviera que hacer una canción para un disco tributo a Soda, esa sería la canción. Si fuera músico, estoy muy segura que la hubiera escrito yo. Claro que en mis fantasías también estoy casada con Gustavo Cerati, así que no hay ningún problema.

II.
A nosotros nos gusta ir al cine, o rentar películas, o ver el box. A mí, por lo menos, me gusta ver documentales de bandas porque me conmueven casi siempre y termino poniendo su música, soy tan influenciable. Aunque siempre veo documentales de bandas de las que ya soy muy fan. Cuando era adolescente disfrutaba de ciertas cosas: las bandas de rock en español noventeras y ochenteras, el new wave, y The Cure. Ya ve como le preguntan a las personas que importan cuál fue el primer disco que tuvieron en toda su vida y casi todos dicen cosas como los Beatles, Pink Floyd. Claro que son personas importantes de otras épocas, si me preguntaran a mí (si fuera importante) diría que fue el de OV7o el de ¿Dónde están los ladrones? de Shakira (genial, por cierto). Pero de mí sólo lo que ves conseguirás de mí.

III.
En los conciertos no me gusta tomar fotos, me parece una pérdida de tiempo y no me deja concentrarme. Ni siquiera en los viajes tomo muchas fotos, pero a lo mejor eso es más bien por floja y mala fotógrafa. En realidad el verano me gusta sólo cuando es de noche. Otra cosa que me disfrutaba mucho de adolescente era traducir mis canciones favoritas que me parecían poemas. Quería decir lo mismo en español y que se sintiera igual. Casi nunca podía pero es muy difícil porque además me faltaba ponerle la música y yo no puedo traducir la música o ponerle música a nada porque no sé nada de eso, sólo sé lo que me gusta y lo que no. Me gustan, por decir, las canciones que de repente combinan con un momento y se me quedan grabadas para siempre. Como esa de Ghosts de Laura Marling que es totalmente una mañana de Noviembre fresca en la facultad de Filosofía y Letras esperando la clase de Análisis del Discurso. O la de The Build-Up de Kings of Convenience que es ir camino a la escuela viendo los árboles en otoño con sus hojas naranjas y amarillas mientras me acuerdo de ti. Y por ejemplo, ya casi nunca escucho nada del disco de Pornography de The Cure porque me pone de un humor raro. Pero hay canciones que nunca pude traducir bien, como Plainsong.

IV.
Siento la juventud como falta de experiencia. Desde siempre me he sentido una persona incompleta pero creo firmemente que me he ido completando con los años, aunque todavía me falta mucho y lo más probable es que lo pendeja nunca se me quite. Todavía te extraño cuando vienes a dejarme y lloro con las películas de viejitos. Me dan miedo los niños en bicicleta y que explote el comal mientras lo prendo. Jamás voy a matar a un cucaracho y no volveré a ser talla 5. Pero se me ocurre que para solucionar lo primero, algún día deberíamos tener el mismo destino al final de la noche, dormir juntos y así convertirnos en ostras para siempre.





1 comentario:

Anónimo dijo...

me gustó el IV
ya escribes como adulta, me estas callendo mal;ya me puse triste.
gracias,idiota :(