20 de enero de 2010

universidad



El lunes descubrí que mi verdadera vocación es ser aeromoza, pero al parecer me falta estatura y además me da muchísimo miedo cuando los aviones despegan. La vida es injusta. También podría ser actriz de doblaje especializada en imitar el acento chileno (me sale muy bien) y hacer voces para anime. Decidí que nadie debería esperar mucho de mí pues soy una chica posmoderna egresada de Filosofía y Letras que ha visto demasiadas comedias románticas. No saben lo bonita que se pone la facultad en enero: las hojas se caen de los árboles y es como una alfombra amarilla de hojas secas y como que cocinan más rico en la cafetería. Los maestros de ciencias del lenguaje son más amables y los estudiantes de letras se ven más intelectuales porque usan suéteres. Eso o yo soy una cursi ridícula. Por favor no me odie.


2 comentarios:

Nicolás Díaz dijo...

Las sobrecargo de aerolíneas mexicanas no son particularmente altas, no creo que se claven en eso. En cuanto al despegue, pues cierras los ojos y te echas un buche de vodka, asunto arreglado. Go, go.

Magrathea. dijo...

O puedes mirar por la ventana y fotografiar las sombras de las nubes cuando creas que nadie te está prestando atención.