7 de diciembre de 2010

pues perdón.

me gusta mucho la rutina. creo que la necesito. si vamos a tener una rutina que sea de cosas bonitas por lo menos y si no puede ser perfecta (porque uno no se puede ir todos los jueves a un concierto o pasearse por la torre eiffel) pues que te gusten los momentos de los que se conforma. no me siento insatisfecha con mi existencia de casi ninguna manera. suena muy mal pero casi me incomoda hacer cosas nuevas a las que no estoy acostumbrada, quiero decir que no soy el tipo de persona que va a tirarse  clavados a acapulco nada más así. soy terriblemente aburrida, mi concepto de la aventura consiste en sentarme arriba de un hormiguero y perderme en el camión. a lo mejor me faltan ambiciones, es algo con lo que he lidiado toda mi vida. me acuerdo cuando estaba en cuarto año de primaria y un compañerito de la escuela que quería ser mi novio me estaba explicando que él iba a ser cirujano o futbolista porque ganan mucho dinero, y yo le dije que no podía ser su novia porque mi mamá no me daba permiso. supongo que en cierta manera jamás me voy a sentir insatisfecha con mi vida porque me falta ambición. creo que eso está muy mal, es decepcionante. 

me gusta ir al cine. me parece que nací para ser espectadora. cuando estoy viendo una película me siento bien porque dejo de existir. no hay nada más que los personajes y los lugares de la pantalla y esa historia y el universo que me cuentan. entonces no tengo que preocuparme por mí porque no existo. no existo, jamás he existido, todos me inventaron y ya lo saben, y así soy, un poquito dispensable, olvidable. una vez leí un libro que se llama nada y yo era como la protagonista pero no me pude identificar porque yo no existía.

creo que la clave para no sentirse mal es olvidarse de uno mismo, salirse o dejar de existir por ratos. que lo único que exista sean los niños en el recreo o las bubis de martha higareda o tus manos tocando mi panza. acordarse de cómo gira el mundo. sentir las hormigas en los pies. me gusta la rutina porque le da cierto orden a la maraña que como quiera somos. y no tenemos remedio. a veces como a él, me cansan todos. todos girando alrededor de todos girando sobre sí mismos. no sé cómo no se marean. pero yo soy espectadora y estoy bien en una esquina, mirando.

me fastidio seguido de mí. sé que soy una aburrida, sin embargo, nunca me aburro (porque me faltan ambiciones). no me siento normal pero tampoco he conocido a una persona normal en toda mi vida. sospecho que la normalidad en las personas es un mito, algo así como la madurez o la fe. me preocupa cuando se siente aburrido porque me preocupa que se sienta insatisfecho y me preocupa que sea mi falta de ambición lo que lo mantiene quieto. a veces lo menos que uno necesita es calma. y la calma hace daño. no todos podemos estar domesticados. 

el otro día le expliqué a un niño lo que era la zona del silencio y se quedó impresionado. me sentí orgullosa de él. es muy muy muy cansado tratar de quedar bien todo el tiempo, intentar ser interesante. debe ser mi abulia, pero es muy cansado ser y todo eso. la verdad es que nada más con existir uno va a hacer daño y soy tan tonta que lo único que se me ocurre es pedir una disculpa por ello.




3 comentarios:

Anónimo dijo...

te conoces muy bien

Anónimo dijo...

pinches canciones viejas amargas me hacen sentir con la misma edad,empolvada.

Magrathea. dijo...

Soy tu fan.