1 de diciembre de 2009

Venecia




Estaba caminando en Venecia y me perdí entre las calles, después de las tiendas caras. Caminé mucho y entré en una calle que topaba, había una tiendita con una una vitrina grande en la que tenían libretas de cuero hechas a mano, plumas fuente y también postales, muy bonitas. Estuve viéndolas desde afuera y adentro estaba un muchacho que me estaba mirando mirar sus cosas. Cuando me dí cuenta, él tenía una cara burlona de "por qué estás viendo niña", pero no me estaba regañando. La verdad es que me dio mucha pena y decidí no entrar, aunque me hubiera gustado hablarle o comprar una libreta. Luego fui a dar a una iglesia pequeña y me comí mi lonche en los escalones donde daba sombra. Siempre que me ven los hombres pienso que me dicen niña.




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