I.
La primera vez que escuché a Lorde yo tenía 20 y ella tal vez 16. O yo tenía más y ella ya era famosa con Heroine. Era una playlist que le había copiado a M o a A. Yo no tenía idea. Escuché la de Tennis Court cuando iba al trabajo a San Pedro en la ruta 122. Los viernes tenía poquitas clases a las 4 pm y ya estaba atardeciendo, así que el sol pegaba bonito, llegaban unos rayitos que atravesaban el cerro. Iba por el centro. Van a decir que qué sangrona pero ya no me acuerdo del nombre de las calles, sin embargo había una vuelta que daba en Colón y se metía por las calles del centro de verdad. Del centro centro de Monterrey. Y todos sabemos lo bonito que pega el sol por Calzada Madero al atardecer.
Cuando escuché Tennis Court, me explotó la cabeza. No pude entender por qué una canción pop tan simple se había hecho tan famosa. Estaba bien producida pero igual se me hizo simple, poco bailable y cero coreográfica. Pero la escuché 500 veces, tenía tiempo y mi trayecto era larguísimo, y escuché bien la letra. En mi trayecto de dos horas, concluí que Lorde era la 16añera que yo siempre había querido ser. y de ahí me agarré.
II.
La primera vez que escuché Melodrama, iba en una combi, igual al trabajo en un trayecto de dos horas, pero en la cdmx. Debo decir que esos traslados eran especialmente solitarios. Siempre me sentía muy sola rodeaba de mucha gente en el espacio más mínimo. Ya estaba esperando ese disco y eran las seis de la mañana cuando lo escuché. Lloré. Obviamente todo me afectó. Cada canción. Liability. The Louvre.
¿Han llorado en el transporte público? Lo más zen que se puede hacer en el mundo y más si viene de una obra de arte. Llorar en el transporte escuchando Melodrama por primera vez es la obra de arte de una obra de arte. Y me siento honrada de haberlo experimentado.
Ese álbum es una narración de los 20s. Homemade Dynamite fue mi favorita y me la sigo queriendo tatuar en la cara. Todo lo que sintió Lorde al hacer ese disco lo había sentido yo y estaban sintiendo muchos. No se necesita mucho para hacer obras de arte, no necesitas ser tan innovador, ni siquiera novedoso, solo hay que saber narrar.
Cuando escuché el Melodrama, Lorde estaba en sus 20s y yo ya tenía 29 y estuve segurísima de que ella era la 20añera que yo quería ser todavía. Puedo cantar Perfect Places como si yo la hubiera inventado.
III.
La primera vez y única vez que he visto a Lorde en vivo fue en un Corona Capital con las personas que más quiero en el mundo. Estoy agradecida de haberlo vivido así, todo fue perfecto.
No fui a ver a Lorde ahora que vino al Pepsi Center porque resulta que a mis 34 soy pobre.
IV.
Como todos, estaba desesperada por escuchar lo que Lorde se tardó años en hacer. Y al mismo tiempo tenía mis reservas y también respeto porque la morra hizo todo antes de sacar su siguiente disco. O sea, tuvo tiempo de irse a la Antártica o algo así. Se tomó su tiempo. Y en esa etapa de mi vida, yo estaba aprendiendo a darme tiempo. Estaba entendiendo que el trabajo se puede posponer y recuperar, pero que mi salud mental no tanto. Claro que Lorde lo entendió antes porque es rica y tiene más acceso a terapia de la que tengo yo, en fin.
La primera vez que escuché Solar Power, entendí todo el concepto. De veras lo entendí. Y haciendo homenaje a ese sentimiento dije: me voy a tomar mi tiempo para consumir estas canciones.
Me gustó mucho Solar Power. La escuché por primera vez durante el verano mientras empezaba un nuevo trabajo después de salir de una etapa muy fea y me dio el calor y la buena vibra que pretendía. yo caminaba de la Narvarte a la Portales. Un hermoso trayecto de 50 minutos a pie.
Me obsesioné con Stoned at the nail salon. Un poco ajena a mí, ahí supe que Lorde había vivido un 2020 y 2021 muy distintos al mío porque mientras yo estaba aterrada por la pandemia, ella estaba viviendo una madurez muy protegida y bonita. Mi madurez no fue protegida ni bonita. Era incierta y aterradora, pero tenía cierta belleza. Aún así me di el lujo de estar pacheca, no en el nail salon, pero sí en el tianguis, título de mi autobiografía y experiencia que merece otra entrada de blog.
Mood rings es mi himno. Siempre me han gustado los mood rings porque me dicen cómo es que me estoy sintiendo, porque yo nunca sé.
V.
Escuché Secrets from a girl por primera vez mientras trapeaba la casa que rento desde hace años mientras que todos mis contemporáneos se casaban, tenían hipotecas e hijos. Admito que me tardé semanas en escuchar el disco completo. Y cuando estaba escuchando la canción dije: qué cosa tan poco inspirada. Me sonó a cualquier canción de M2M del 2000. Nada que no se hubiera hecho. ¿Dónde está la Lorde de Perfect Places que hace onomatopeyas? Entendí la canción porque, de nuevo, ya me había pasado todo eso de creer que lo sé todo y descubrir que no lo sé, pero pero pero...
Luego llegué al final de la canción cuando se pone de sobrecargo a anunciarte tu viaje a la madurez. Y dije con eterno alivio: Ah, ahí está. Ahí está Lorde. Solo que está creciendo. Se va a teñir el cabello. Nos va a salir con un nuevo disco rarísimo en unos años porque tendrá su crisis de los 30s y no sé, creo que es bonito que exista una artista tan pop tan existencial como ella.
No sé, como que de todas las artistas pop que existen ahora (y hablo de una época que ya no me pertenece, hablo como mera espectadora) que parecen estar gritando mucho y divirtiéndose mucho o defendiéndose mucho, está Lorde explicando sentimientos muy muy muy comunes, cotidianos, honrándolos y exponiéndolos.
Y a lo mejor eso es lo que muchos necesitamos. Que alguien nos diga que lo que ya sentimos fue real o que lo que vamos a sentir es algo que existe. Al final nos ayuda a sentirnos menos solos.
VI.
Y nada, si alguna vez se sienten mal escuchen a Lorde decir: Welcome to sadness. The temperature is unbearable until to face it.
VII.
Ya aquí les pongo una foto de la yo que creía que lo había visto todo y de la yo que lo había visto todo y de la yo que lo había visto todo y de la yo que lo ha visto todo.
1 comentario:
Gran musical journey!
Publicar un comentario