11 de agosto de 2016

instituto del petróleo

me mudé a esta ciudad para ser irrelevante. para ser ausente. claro, tengo amigos, conozco gente, pero si lo quisiera, podría desaparecer en cualquier momento. no conoczco a nadie demasiado, ni siquiera la gente que me conoce bien me conoce demasiado, ni yo a ellos, mi ausencia no les haría un rasguño. en cualquier momento puedo decir bye y desaparecer y algunos se preocuparían pero luego, conociendo su ritmo de vida, se olvidarían de todo. cambiar de número, eliminar a algunos contactos de facebook, cerrar cuentas de correo, mudarme de barrio. no es como si fuera a toparme a nadie. es más, podría dejar de salir de la casa y sin problemas. tendría que ser cuidadosa y avisar a familiares y amigos cercanos que la personas que he ido conociendo desde que llegué ya no forman parte de mi existencia, tendría que explicar que todo rastro debe ser borrado. porque no hablo de dejar de dejar de existir por completo, es como si lo de antes fuese otra realidad sólo por estar en otra ciudad. es como si la persona que he sido acá fuese nomás una mentira o un performance. en el momento en el que yo diga "no me gusta para dónde va esto", puedo parar y comenzar de nuevo. aunque agotador, es también liberador. no quiero dejar legados, creo. esta no es mi realidad verdadera. tampoco la otra, ya no. es un poco confuso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En verdad...resultó confuso o.o

Anónimo dijo...

No somos desechables, yo sí te extraño.

Anónimo dijo...

casi lloro