Flor

ya decidí que sí vamos a ser novios, pero al revés. empezaremos por olvidarnos. sentiremos una inmensa tristeza el uno por el otro. viviremos con cierta estabilidad pero intuyendo que el otro existe, huyendo, claro, a su recuerdo.  luego pasaremos a la ira y al odio. a no poder soportarnos. esto será los primeros meses. los pequeños detalles nos parecerán notablemente odiosos. las primeras cosas que veremos al mirarnos será todo lo feo. los dientes chuecos. la nariz muy grande. la risita constante. el hecho de que está como ido todo el tiempo. nos querremos poco y viviremos en el hartazgo. nos hablaremos casi nunca, no saldremos a pasear, yo no me arreglaré y él jamás me pondrá atención. tendremos una relación basada en peleas y discusiones sin sentido y dolores de cabeza y tal vez hasta lo engañe un poco. después de un rato las cosas comenzarán a suavizarse. desaparecerán todas las esquinas picudas. las cosas feas se normalizarán. le contaré chistes que ya se sabe y me acompañará a mis citas con el dentista. leeremos en la cama. acordaremos una rutina y viviremos en paz, refugidados en ella. cuando ya casi nos hayamos acostumbrado, empezaremos a asombrarnos. tal vez olvidará los chistes y lo haré reír todo el tiempo. tal vez yo desconoceré poco a poco su rostro y un día me fascinaré con su hipnótica nariz, como si nunca la hubiera visto antes, y me parecerá señal de carácter y talento. me enamorará. me regalará flores y me escribirá poemas pero no demasiado cursis. descubriremos nuestros cuerpos. aprenderé a besarlo. bailaremos por primera vez. saldremos en nuestra primera cita (que será la última) y tendré el cuerpo lleno de pájaros asustados. un día me verá en la calle y yo lo veré y pensaré que es guapo y que me gustaría preguntarle su nombre y luego seguiremos cada quien por su lado sin habernos conocido todavía.