5 de julio de 2010

ostra




sí reconozco bien ese sentimiento de extrañeza (que tiene, me gusta la palabra) y también el de no saber y también el de esperar con alegría estúpida en un lugar acostumbrado o a lo mejor ese otro sentimiento que se le parece de estar solo en un restaurante mandando un mensaje o muy temprano mandando un mensaje o en la noche mandando un mensaje que es un recordatorio para otra cosa. una mezcla agradable de tristeza y cuadritos de avena.

sobre los lugares acostumbrados, siempre me pasa lo mismo. soy una persona de costumbres (no voy a decir mujer porque "no quiero que me etiqueten"). y creo que tengo la habilidad de convertir lugares extraños en mi casa, sobre todo porque me asustan los lugares extraños o por lo menos me hacen sentir incómoda. suelo traducir todos mis lugares extraños en lugares acostumbrados y me siento un poco mejor.

acerca de no querer ser mujer, no es que tenga algo contra ustedes. pienso que son valientes. requisito que yo no cumplo. a mí me interesan otras cosas como: el suelo y las paredes. los techos son interesantes pero no dejan de confundirme. simplemente me hacen sentir insignificante o me intimidan, que no es lo mismo.

me encontré un papel con la fecha marcada: 17 de febrero de este mismo año con la letra de una canción de jon brion. no sentí tristeza, específicamente. se me ocurrió tirarlo a la basura ya que en realidad no significa nada, más que un día, pero hay días que la Historia me va a recordar más tarde, y hay otros días que corren el peligro de ser olvidados y por eso guardé el papel y también por mi enorme idiotez.

mi idiotez es algo que he ido desarrollando con los años cuando hay una película en el cine que no he ido a ver, cuando veo una bolsa bonita que me gusta, cuando voy a rentar una serie al blockbuster, o cuando suena el pinche celular y me pongo a llorar, como idiota. pero está bien, porque van a pasar los años y me voy a dar cuenta de que no era nada o de que nada ha cambiado o de que no existo.


¿y tanta depresión para qué? me preguntaré, si soy nada más una ostra.



3 comentarios:

Alejandra Arévalo dijo...

:'(

Anónimo dijo...

La ostra nostra

Anónimo dijo...

yo lloro cuando me baño.
nunca lloro cuando pico cebolla.